Partidas Narrativas AOS

Plegarias salvajes

¡Nueve meses! Toda una gestación humana es el tiempo que necesitó Antonio Von Arucas para recuperarse de su anterior batalla. Sus huestes estaban listas, o eso pensaba, para por fin salir del retiro donde había lamido sus heridas. Cierto es que Chredhur El Sin Guía carecía de materia prima para generar las huestes... pero eso sería subsanado con un cementerio o restos frescos de batallas. 

A las pocas horas de comenzar la marcha, detectaron un antiguo cementerio que arrojaba grandes perspectivas. Tan pronto como la vista pudo alcanzar la arcaica edificación, una avanzadilla de Orcos Salvajes se cruzó en el camino... En lo que antiguamente debió ser una gran ciudad humana en el corazón del bosque, hoy habría vestigios de batalla. 

La batalla comenzó con las tropas Vampiras haciéndose fuerte en los puntos estratégicos. Los BoarBoys se dispersaron, ocupando todo el flanco, mientras los Condes se hacían fuertes en el centro de la escaramuza. Mero espejismo.  

De la nada y sin previo aviso, dos Wurrgog Prophet, uno de ellos ofreciendo su existencia al Gran WAAAG dieron cuenta en sendas rondas consecutivas de los Deathrattle Skeletons, Dire Wolves y Grave Guard, dejando desprotegido al Vampire Lord que por sí solo no pudo contener los Big Stabbas. Hoy las plegarias de Máscara de Wurgogg fueron aprobadas por Gorkamorka. 

De nuevo Chredhur no dudó en ofrecer al resto de carne tambaleante para poder luchar otro día... u otra estación.

Bajo la influencia de la Luna Malvada

Dejaron atrás la batalla con Celestant-Prime ocho días atrás. Al caer la noche de aquel octavo día, Chredhur El Sin Guía estaba exhausto. Durante las últimas hora de la tarde había ejecutado con maestría todas las peticiones de Su Maestro. 

Su nuevo batallón aún tierno ya estaba listo... y justo a tiempo.  

Con la luna en lo alto del cielo, una luna que se mostraría aciaga para los intereses vampíricos y sería determinante para la fausta y sorprendente victoria Gloomspite, Antonio Von Arucas y sus huestes se lanzaron a la batalla. La sed seguía intensa y era menester aplacarla. 

La Horda Verde focalizó su poder en el corazón del barrizal mientras el flanco izquierdo de Antonio Von Arucas era controlado por unos débiles Shootas y unos robustos Troggoths. Frente a ellos, una horda de Dire Wolves en carne viva y un Terrorgheist darían rápida cuenta de ellos. El flanco derecho totalmente desprotegido facilitó que el general Vampire Lord lo reclamara con su unidad de Grave Guard aprovechando una tumba como sorpresa. Mientras Chredhur Necromancer y sus Deadwalker Zombies contendrían el centro hasta la llegada de refuerzos por los flancos... el astuto general Gloomspite ya había ganado la batalla. 

Cinco fanáticos sorprendieron el flanco izquierdo, apoyados hábilmente por magia que limitaba el poder de los levantados. Dire Wolves y Terrorgheist perecieron sin reparo en el tercer turno no sin antes despedazar a los Shootas utilizados como señuelo.  

Al mismo tiempo los cuarenta Stabbas centrales soportaron impertérritos todas las acometidas, mutilando Deadwalker Zombies y Grave Guard por igual. El apoyo de su Shaman y Sneaky Snufflers aportó una potencia en combate pocas veces vistas para tropas tan poco versadas. 

Chredhur mostró una sorprendente habilidad en combate, que no pasó inadvertida por su General, antes de caer herido y recogerse. En el tercer turno, ya estaba la batalla decidida. 

Con importante contrariedad, Antonio Von Arucas volvió a retirarse... tras tantos años dormido sus enemigos habían mejorado notablemente. Un Inmortal no deja de aprender; sacrificar para aprender.

Una oscuridad que regresa...

Mucho atrás se había sentido poderoso; lo fue.

Con un ruido seco, la tumba se abrió y un olor amargo se extendió en la cueva, antaño una habitación discreta y oscura.

Sus ojos no tardaron en adaptarse. Su musculatura tampoco. Un poco de Señor Vampiro es mucho para un nigromante sobresaltado, mortal. Lo habían encontrado. Despertado.

Sin mediar palabra, el Conde indicó al Nigromante qué debía hacer. Éste con una reverencia, comenzó aquello para lo que llevaba ya una eternidad estudiando... y de aquel túmulo donde únicamente Chredhur El Sin Guia había accedido, surgió una horda de hueso y carne trastabillante.

Su enorme apetito tras tantos años en reposo agudizaba su olfato. El primer pueblo estaba cerca... sin embargo, no habían vislumbrado el mismo en el horizonte, cuando el ruido de armas y armaduras golpeó e hizo vibrar sus tímpanos.

Celestant-Prime comandaba una unidad ligera de combate. Sería su primera víctima tras el despertar...

Tras un primer turno de posicionamiento táctico, llegó el momento en el segundo turno en que el intercambio de golpes fue inevitable. Antonio Von Arucas estaba débil, sus recientes siervos mermados y la posición no era la óptima. A pesar de que no existía resistencia mágica por parte de los Stormcast, la superioridad en disparo fue determinante... y en el segundo turno, su general Vampiro sucumbió sin resistencia.

Mientras los Dire Wolves aguantaban la carga de Celestant-Prime en el flanco izquierdo, los zombies destrozaban a los Vindictors en el derecho; los siguientes serían los Sequitors. Esqueletos y Tumularios aguantaban... pero únicamente Chredhur como héroe no sería capaz de sostener a sus recientemente revividos. No podrían contener al semidios y su Ghal Maraz.

Era momento de una retirada táctica; una victoria... Antonio Von Arucas ordenó a Chredhur sacrificar a la masa de carne, mientras ambos lucharían otro día...